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Foto: NOAA on Unsplash

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ISSN 2382-4743
Distribución Gratuita
Bogotá - Colombia

Mamíferos acuáticos

EDICIÓN #11
ISSN 2382-4743
13 de junio de 2020
Distribución gratuita
Asociación Akuaippa ©
Bogotá - Colombia
www.akuaippa.org

| ÁREA EDITORIAL |

DIRECTORA GENERAL
Lina María Perilla

EDITORA GENERAL Y CIENTÍFICA
Dalia C. Barragán Barrera

REVISIÓN DE ESTILO
Andrea Carrillo
Lina María Perilla
Dalia C. Barragán Barrera

| ÁREA DE DISEÑO Y DESARROLLO |

DIRECTOR GRÁFICO
Carlos E. Pachón Matute

REDES SOCIALES
Erika L. Franco Fábrega
Daniela Martínez

Tatiana A. Acosta-Pachón

Bióloga Marina Ph.D.
Universidad Autónoma de Baja California Sur, México
E-mail: tatyacosta@gmail.com

Fotografía: Diana Szteren

Descubriendo Colombia Mega-diversa: lobos marinos en nuestras aguas

Descubriendo Colombia Mega-diversa: lobos marinos en nuestras aguas

Aunque inusual, debido a que se localizan en zonas más templadas, los lobos marinos han sido vistos ocasionalmente en los océanos colombianos, principalmente en el Pacífico. En este artículo, revisaremos las especies que han sido observadas, el lugar y la razón por la que viajan hasta Colombia, a pesar de que su distribución principal está a varios miles de kilómetros de nuestro territorio. Es posible que los viajes al Pacífico colombiano sucedan por los cambios de temperatura del mar, que hace que la disponibilidad de alimento sea limitada, y obligue a estos animales a viajar largas distancias para poder alimentarse.

Palabras clave: Mamíferos marinos, lobos marinos, Pacífico, rango geográfico, ocurrencia, Colombia.
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Katerin Arévalo-González1,2,3 E-mail: katarevalo@gmail.com,

James Murillo Osorio1 E-mail: jamesanker@gmail.com

1Cabildo Verde Sabana de Torres, Colombia
2Fundación Internacional para la Naturaleza y la Sustentabilidad – FINS, México
3Universidad Veracruzana, México

Fotografía: Katerin Arévalo-González

La conservación del manatí: con la gente y para la gente

La conservación del manatí: con la gente y para la gente

Los manatíes, estas sirenas míticas que en realidad son mamíferos acuáticos herbívoros, se encuentran en alto riesgo de amenaza. En el Magdalena Medio Santandereano, desde hace cerca de 25 años se han venido articulando diversos actores que han permitido conocer y conservar a los manatíes antillanos y su hábitat. El trabajo en conservación que comenzó en la Ciénaga de Paredes y sus comunidades aledañas ha permitido que hoy se realicen procesos similares en otros municipios, donde las comunidades son el eje central para la investigación y la conservación.

Palabras clave: Humedales, Magdalena Medio, participación comunitaria, Santander, Trichechus manatus.
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Mar GuajiroSiguiendo a Alatülee janainmüin watujainruujee (el “Sendero que conduce al conocimiento”)

- Bitácora -

Por: Nohelia Farías-Curtidor 1 | Dalia C. Barragán Barrera 2

1 Bióloga y Observadora de Mamíferos Marinos
Fundación Macuáticos Colombia
e-mail: nohefa@gmail.com

2 Bióloga Marina Ph.D. e Investigadora Postdoctoral
Centro de Investigaciones Oceanográficas e Hidrográficas del Caribe CIOH-DIMAR
e-mail: daliac.barraganbarrera@gmail.com

Dicen que La Guajira es un departamento enigmático, rodeado de desierto, mar, luna, sol, viento, lluvia, estrellas y conocimiento local. Es una región que contiene mucha diversidad y un paisaje preciso para buscar delfines. Y tal vez fue el mismo lugar el que hizo que en el 2013, dos biólogas bogotanas se conocieran y se conectaran a través de su amor por el mar y por los mamíferos acuáticos. Con Bogotá, ubicada 2600 metros más cerca de las estrellas y a casi 1000 km del mar por tierra, tuvieron que esperar hasta conseguir los recursos necesarios para poder explorar el Mar Guajiro, y seguir el sendero en busca de los delfines.

Pero ¿por qué escogieron hacer sus estudios en el departamento de La Guajira, en el Caribe colombiano? Bueno, porque las aguas del Mar Caribe esconden grandes secretos marinos inexplorados, como se ha descubierto en Seaflower [1]; pero especialmente porque La Guajira contiene una diversidad de fauna marina asociada a la cantidad de nutrientes de sus aguas, y a las condiciones óptimas que presenta para la presencia de mamíferos marinos [2]. Sin embargo, a pesar de estas condiciones para la ocurrencia de delfines y ballenas en La Guajira, las investigaciones en esta región son escasas, y los datos de presencia de cetáceos provienen principalmente de observadores en plataformas sísmicas [3].


Foto 1.
Roger Ayala, pescador y capitán.
Foto: Nohelia Farías-Curtidor

Así empezó la aventura en el 2013, en Mingueo, corregimiento ubicado en la Baja Guajira. Allí, las biólogas conocieron a su papá guajiro, Roger Ayala (FOTO 1), pescador y capitán que se convertiría en su cómplice, y que cada año las llevaría al mar en su lancha de madera La Corbeta, que él utiliza en para pescar diariamente. Solo cuando van las biólogas a La Guajira, Roger transforma a La Corbeta en un bote más cómodo (FOTO 2), le coloca un techo con polisombra, espuma en la tabla para sentarse, y un baño que consiste en un plástico negro que se despliega para dividir la zona de mujeres y hombres, y así ser utilizado en alta mar. Además, acondiciona una pequeña estufa para hacer el desayuno y el almuerzo abordo, que por supuesto tienen 100% del sazón Guajiro, gracias a que el marinero que los acompaña prepara platos típicos como plátano y pescado frito, huevos, entre otras delicias (Video 1). Ha sido allí, a bordo de la sencilla y rústica Corbeta, donde ha sido posible registrar no solo una, sino seis diferentes especies de delfines a lo largo de La Guajira.


Foto 2.
Corbeta.
Foto: Nohelia Farías-Curtidor

 

Era el primer día de las dos biólogas juntas a bordo de La Corbeta, y aunque había mucha expectativa, ambas sabían que no era fácil ver delfines el primer día de campo. Sin embargo, el Mar Guajiro las sorprendió con una manada de cientos de delfines, nadando y saltando de la forma característica que lo hace esta especie: el delfín tornillo (Stenella longirostris)(FOTO 3), una especie de delfín de hábitos oceánicos [4] y que se distribuye principalmente en islas a lo largo del Caribe [5], pero que ese día las deleitó inesperadamente en la costa de las aguas del Mar Guajiro.

Estaban todos cansados porque habían pasado varios días y no habían vuelto a ver nada. El equipo decidió entonces viajar hacia el sur para probar suerte. De repente, aparecieron con su característica figura de reloj de arena dibujado en el costado [4], los delfines comunes (Delphinus sp.) (FOTO 4), los cuales empezaron a saltar y a juguetear con la estela de agua que producía La Corbeta. Las biólogas realizaban su trabajo; una tomaba fotos, la otra tomaba muestras con ayuda de Roger usando un rifle modificado, que tomaba pequeños trocitos de piel de los delfines mientras ellos nadaban. El equipo estaba emocionado porque con la información recopilada, se estaba ampliando el rango de distribución del delfín común [6], que había sido registrado en Suramérica, pero solamente hasta Venezuela. Sin embargo, el descubrimiento fue aún más interesante, porque aunque los registros fotográficos indicaban que estaban ante el delfín común de hocico largo (FOTO 4), los análisis genéticos indicaron que los delfines eran los de hocico corto, lo que muestra la necesidad de seguir estudiando estos animales que ahora visitan al Mar Guajiro (Video 2).

Estudios anteriores, así como las historias de los pescadores, contaban que el delfín nariz de botella, el mismo Flipper, era frecuente en el Mar Guajiro. Sin embargo, las biólogas aún no los habían visto. De repente, un salto, y aparece una manada de aproximadamente 15 individuos robustos que parecían ser los tan esperados Flipper. Pero entonces los delfines dejan ver el rostro particular de ojos saltones: eran delfines de dientes rugosos (Steno bredanensis) y no los Flipper (FOTO 5). Aunque el delfín de dientes rugosos tiene hábitos oceánicos [4], las biólogas los vieron cerca de la costa (a 10 km). Es posible que estos individuos hubieran viajado miles de kilómetros, pues los análisis genéticos sugieren que se reproducen con delfines de todo el Caribe, ya que mantienen una alta conectividad o flujo genético. Lo interesante y preocupante a la vez, es que las muestras de piel colectadas de estos individuos mostraron los niveles de mercurio más altos hasta ahora reportados en delfines del Caribe. Es posible que el Mar Guajiro, a través de estos saltarines, nos esté alertando sobre la posible contaminación por mercurio de sus aguas…

Ese día era muy soleado, y el Mar Guajiro les dejó ver una figura flotante a lo lejos, aparentemente inerte. Curioso, el equipo se acercó con cautela, para descubrir que se trataba de una falsa orca (Pseudorca crassidens) muerta a la deriva (FOTO 6). El olor era fatal, pero eso no impidió que las biólogas tomaran fotografías y muestras del ejemplar. Para Roger, ese día no terminó a las 5 p.m. como de costumbre, pues tardó un par de horas limpiando La Corbeta para eliminar el espantoso olor de la falsa orca.

Aunque algunos estudios previos [7] en la zona sugerían que el delfín nariz de botella (Tursiops truncatus) (FOTO 7) era residente en la Baja Guajira, solo hasta el año 2016, el equipo divisó algunos grupos con alrededor de diez individuos en Riohacha, y después en aguas de Manaure. Aunque los registros sugerían que estaban ante la forma costera que se distribuye cerca a la costa, tiene un hocico más largo y se mueve en grupos pequeños [4], los análisis genéticos indicarían que se trataba de la forma mundialmente distribuida, la cual no es residente, y se mueve tanto en aguas costeras como oceánicas, manteniendo el flujo genético con delfines incluso de otros países como Honduras y Puerto Rico [8]. Los análisis de dieta usando isótopos estables, y los de mercurio también sugieren que estos delfines se alimentan de presas de tipo oceánico [9]. Estos resultados son muy interesantes para la especie, porque plantean que el Mar Guajiro es un área de tránsito para esta y otras especies de delfines, y de ahí radica su importancia como corredor biológico en el Caribe.

Ese día, el Mar Guajiro estaba agitado, y aunque no dejó al equipo avanzar más hacia al norte para descubrir otras especies de mamíferos marinos, se pudo observar a la especie más común que ha sido registrada hasta ahora en toda La Guajira: el delfín moteado del Atlántico (Stenella frontalis) (FOTO 8). Los delfines estaban muy activos, saltando y alimentándose junto con varias aves presentes. Esta especie de delfín es endémica (única) del Atlántico, y aunque prefiere distribuirse en zonas costeras, también tiende a realizar largas migraciones por el Caribe en búsqueda de alimento. Es por ello, que los análisis genéticos mostraron un alto flujo genético entre delfines de La Guajira, Puerto Rico e Islas Vírgenes [10]. Estos resultados confirman la importancia de La Guajira como área de tránsito para los delfines en el Caribe (Video 3).

Desde el 2013 hasta el 2018, las investigadoras han recorrido 1928 millas náuticas (3571km) en búsqueda de cetáceos, durante 48 días con un esfuerzo total de 432 horas, registrando 34 avistamientos de delfines en las aguas del Mar Guajiro. Aún no se sabe qué podrán encontrar más allá del Cabo de la Vela, pero lo que sí es seguro es que el Mar Guajiro esconde grandes secretos que solamente con estudios de este tipo podrán ser develados. Solamente de esta manera se podrá garantizar la conservación de los ecosistemas marino-costeros en el Caribe colombiano.

EDUCACIÓN AMBIENTAL

Además de la labor científica, las biólogas también han podido realizar educación ambiental en varios corregimientos, trabajando con estudiantes de colegios de diferentes cursos de bachillerato (FOTO 9) y con pescadores del área (FOTO 10). Aunque La Guajira es un departamento altamente diverso, está siendo afectado por problemáticas ambientales como el mal manejo de las basuras. Por ello, se han realizado talleres en los que se abordan problemáticas como el manejo de la basura a nivel local (FOTO 11) y mundial, y se les da a conocer el trabajo que se está realizando con los mamíferos acuáticos en el área y los resultados que se han encontrado hasta la fecha.


Foto 9.
Trabajando con estudiantes de colegios de diferentes cursos de bachillerato.
Foto: Nohelia Farías-Curtidor

Foto 10.
Pesacadores del área.
Foto: Nohelia Farías-Curtidor

Foto 11.
Manejo de basura a nivel local.
Foto: Nohelia Farías-Curtidor

Laura Valentina Hernández Ardila

Bióloga y estudiante de último semestre de microbiología de la Universidad de los Andes.
E-mail: lauravalentinah97@gmail.com

Fotografía: Diego F. Mojica-Moncada

De voraz depredador a consumidor de plancton: la verdad tras la temida foca leopardo

De voraz depredador a consumidor de plancton: la verdad tras la temida foca leopardo

La foca leopardo (Hydrurga leptonyx), presente en la Antártida, ha sido temida desde tiempos remotos por su ávido apetito y su agresividad. Dado que permanecen sobre los bloques de hielo flotante (hábitos pagofílicos), tienen una amplia distribución en aguas antárticas e incluso al sur de África, Oceanía y Suramérica. De hecho, estudios recientes basados en el material genético heredable desde la madre (ADN mitocondrial), indican que los individuos presentes en la Costa Danco, al occidente de la Península Antártica, no son selectivos para aparearse y por esto, existe una alta diversidad genética. Adicionalmente, estudios ecológicos recientes en la misma región, han mostrado que el descongelamiento del hielo debido al cambio climático ha hecho que algunos de estos mamíferos cazadores prefieran alimentarse del pequeño crustáceo llamado kril, el cual es también consumido por ballenas. Más estudios ayudarán a entender la biología y ecología de la especie, y la manera en que está siendo afectada por el cambio climático.

Palabras clave: Foca leopardo, Península Antártica, dieta, diversidad genética, ADN mitocondrial, cambio climático.
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Camilo Martínez Martínez

Biólogo marino y divulgador científico especializado en producción y dirección de contenidos audiovisuales sobre ciencia.
Cofundador de la productora Cromatophoro y productor audiovisual del museo interactivo de ciencia Maloka.
E-mail: cromatocamilo@gmail.com

Fotografía: Jeremy Bonvin

Detrás de una lata de atún

Detrás de una lata de atún

Pocas personas saben que para disfrutar del atún que normalmente compran enlatado, miles de defines son sacrificados cada año. Los pescadores del Océano Pacífico Oriental (OPO) han aprovechado la asociación existente entre los atunes aleta amarilla (Tunnus albacares) y algunas especies de delfines, para localizar y pescar grandes cantidades de atún. Con el fin de mitigar los impactos de las pesquerías, se han establecido programas de control en los que biólogos se embarcan en buques atuneros para supervisar las actividades de los pescadores en altamar. Este es el relato de uno de estos biólogos.

Palabras clave: Delfines, atún, Océano Pacífico, mortalidad, pesquería.
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Natalia Botero Acosta, PhD.

Natalia Botero-Acosta es bióloga de la Universidad de Antioquia, magister en psicología experimental y doctora en comportamiento y neurociencia de la University of Southern Mississippi (Estados Unidos). Cuenta con trece años de experiencia en el trabajo con mamíferos marinos, particularmente con ballenas jorobadas, en el Pacífico colombiano y ecuatoriano. Actualmente se desempeña como directora general de la Fundación Macuáticos Colombia, institución desde la cual ha liderado una plataforma de investigación con ballenas jorobadas en el Golfo de Tribugá, Pacífico norte colombiano, desde el 2009.
E-mail: macuaticoscolombia@gmail.com

Fotografía: Natalia Botero

Mamíferos marinos en el Golfo de Tribugá: retos de conservación y potencial para la investigación científica

Mamíferos marinos en el Golfo de Tribugá: retos de conservación y potencial para la investigación científica

Cada año, en el golfo de Tribugá ocurren actividades clave en el ciclo de vida de las ballenas jorobadas: apareamiento y crianza. Por esta razón, el estado actual de conservación del golfo es de altísimo valor biológico. A pesar de que las ballenas jorobadas se han recuperado satisfactoriamente de la caza comercial, las amenazas de conservación que las afectan incluyen contaminación acústica, enmallamientos (enredamientos) incidentales, acoso de botes turísticos, y colisión con embarcaciones. Actualmente la amenaza en Tribugá por la construcción de un puerto multi-propósito sigue latente. En este contexto, presentaremos algunos de los avances en investigación científica logrados en la última década para mostrar la importancia marina de esta región en el Pacífico colombiano.

Palabras clave: Chocó, Mamíferos Marinos, Ballenas Jorobadas, Amenazas, Conservación, Colombia.
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