Los ácaros son pequeños organismos que confundimos muchas veces con insectos y que vemos como pequeños monstruos que nos atacan. Sin embargo, las especies de ácaros que realmente nos afectan son muy pocas, considerando la gran diversidad que existe de estos organismos y la gran cantidad de lugares donde los podemos encontrar. Podemos aprender mucho de estos pequeños animales, pero para eso es necesario primero conocerlos mejor.

Entrevista a Nora Mesa donde nos cuenta cómo empezó a interesarse por los ácaros, cuando el tema se limitaba a estudios con garrapatas, a investigaciones en el sector agrícola o a estudios médicos relacionados con alergias producidas por estas criaturas.

Las diferentes especies de ácaros tienen distintos ciclos de vida; desde el nacimiento, pasando por el desarrollo y posterior madurez, cada ciclo puede variar dependiendo de la especie e incluso pueden ser bastante extraños.

Los ácaros benéficos tienen un efecto positivo en ecosistemas naturales y artificiales (cultivos). Estos ácaros cumplen funciones clave en los ecosistemas: son controladores de plagas y enfermedades de las plantas, sirven como alimento para depredadores de plagas y participan en el proceso de descomposición. Para conservar los ácaros benéficos se debe tener en cuenta tanto el componente aéreo de las plantas (hojas, flores) como el componente suelo. En ambos componentes se debe hacer un uso mínimo de productos químicos. Además, se pueden adicionar alimentos alternativos tanto en las plantas como en el suelo para establecer poblaciones de ácaros benéficos.

Generalmente al observar cualquier insecto, se pueden apreciar pequeños organismos asociados a su cuerpo. Si miramos con detenimiento, podemos identificar que dichos organismos son ácaros, quienes se dispersan sobre organismos de mayor tamaño. A este fenómeno se le conoce como foresis. Otros tipos de relación entre ácaros e insectos puede ser parasitismo, cuando el ácaro se alimenta directamente de su huésped, o mutualismo, cuando el ácaro ayuda a limpiar el cuerpo o nido de su huésped. Conocer la biodiversidad de ácaros e insectos nos permite conocer su rol en el ecosistema, historias de vida y su red de relaciones simbióticas.